Antonio Selfa en la Tavernaire (ii)

Antonio Selfa

La Tavernaire, Valencia, 13 de Noviembre de 2013

Segunda parte


Unos poemas, una voz buena para cantarlos, una guitarra acunando los oídos y de fondo el rodar de las copas…


«Rumbita de los doctores»

Isabel Escudero

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Me puse malita
me fui pal dotor,
le juro mamita
que salí peor.

De jarana,
de jarana,
mucha la bulla
y pocas las ganas.

En un pocito de celos
ando metida,
si el amor no me saca
¡ay! ¡ay!
estoy perdida.

Sacó el bisturí,
amor cirujano:
cortó por lo sano
lo sano.

De jarana…

En La Habana me perdí
y me encontré con un gallo:
me dijo kikirikí.

De jarana…

Esto sí que tiene ciencia,
que yo dependa de ti
y tú de tu independencia.

Rumbo a lo desconocido
va mi corazón,
rumbo a lo desconocido
desde que te conoció.

Isabel Escuero Inédito Editorial Lucina


«(La memoria de los peces) El Calamor»

Ana Luisa Ramírez

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Es el calamor
animal marino
que con gran fervor
y sin desatino
declara su amor
a cualquier vecino.
Es el calamor
animal marino…

Ama a las anémonas
y a los tiburones,
a los arrecifes
y a los salmones.
Ama a las sirenas,
al agua y la sal,
a los marineros
y a su capitán.

Y cuentan las olas
allá en alta mar
que este bicho raro
no cesa de amar
cuanto en su camino
se pueda cruzar.

Cuentan las olitas
allá en alta mar…

Para alimentarse
se suele comer
dos o tres suspiros
una vez al mes.
Y los que le sobran
van a la deriva
flotando en la espuma
abajo y arriba.

Cuando por la noche
con la luna llena
veas una ola
besando a la arena,
¡no te quepa duda!
Va llena de amores
que hay en los suspiros
de los calamores.

Ana Luisa Ramírez La ostra se aburre Editorial Diáologo


«(Camarón de la isla) Sueño»

Ana Luisa Ramírez

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Soñé que por mar viajaba
con un globo submarino
y en lo más hondo del mar
me encontré con un cochino
que a lomos de un tiburón
comía pan con pepino.

Un pez espada cortaba
a rebanadas el pan
y tres salmonetes rubios
les añadían la sal.

Seguí el viaje con mi globo
más allá de un horizonte
donde vi en una barcaza
remar a un rinoceronte.

En el cuerno que tenía
encima de la nariz
contenta bailaba tangos
una elegante lombriz.

Mi globo fue buceando
a oscuras profundidades
en donde sueñan los sueños
sus mentiras y verdades.

Allí encontré un gran tapón,
era el tapón de la mar,
tiré muy fuerte de él
y a mi cama fui a parar.

Ana Luisa Ramírez La ostra se aburre Editorial Diáologo

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